Sabías que la intimidación y la violencia en el lugar de trabajo pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, tanto para hombres como para mujeres, según revela una nueva investigación publicada en Diabetologia, la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
Los análisis previos han señalado que los problemas, como la inseguridad laboral y las largas horas de trabajo, con los consiguientes impactos psicológicos, están asociados con un riesgo moderadamente más alto de diabetes. También se ha demostrado que la intimidación y la violencia pueden afectar a los recursos personales, como la autoestima y la capacidad de enfrentarse a la situación.
En este estudio, llevado a cabo por Tianwei Xu, del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, y colaboradores de Dinamarca, Suecia y Finlandia, se consideraron las posibles relaciones entre la intimidación en el lugar de trabajo o la violencia y el riesgo de diabetes.
El estudio incluyó a personas empleadas y de edades comprendidas entre 40 y 65 años; excluyendo a los participantes más jóvenes para minimizar la posible inclusión de personas con otras afecciones, como la diabetes tipo 1. Las personas diagnosticadas con diabetes al inicio del estudio también se excluyeron. La muestra final consistió en 19.280 hombres y 26.625 mujeres.
La incidencia de diabetes tipo 2 (DT2) se obtuvo de los registros de salud de todo el país utilizando los números de identificación personal únicos para los participantes en cada país. El análisis estadístico incluyó el ajuste por posibles factores de confusión, como el nivel educativo y el estado civil (utilizado como una indicación de apoyo social fuera del trabajo). También se tuvieron en cuenta ajustes por consumo de alcohol, problemas de salud mental e índice de masa corporal (IMC), aunque los autores observan el posible vínculo causal entre las relaciones interpersonales negativas en el lugar de trabajo y estos factores.hhhhhh
El ajuste por el consumo de alcohol y las dificultades de salud mental no afectaron a esta relación. El ajuste para el IMC eliminó un tercio del incremento del riesgo. Alrededor del 12 por ciento de los participantes había experimentado violencia o amenazas de violencia en los últimos 12 meses.